¿DE PARTE DE QUIÉN ESTÁ DIOS EN LOS CONFLICTOS?

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A lo largo de los siglos los políticos y dirigentes han usado el nombre de Dios en beneficio propio y de sus causas. En las últimas confrontaciones mundiales cristianos de ambos bandos invocaban la protección del Señor para sus causas nacionales y se mataban entre ellos convencidos de que Dios estaba de su lado y apoyaba su lucha que, sin duda, consideraban justa ¿Con qué bando estaba el Señor?
¿Qué hubiera pasado si en las guerras y los conflictos civiles los cristianos en vez de apoyar a un bando u otro, y clamar el nombre de Dios en defensa del mismo, hubieran buscado la paz, el amor al enemigo, el negarse a ofender, matar, dañar a aquel que ha sido hecho a la imagen de Dios y es su hermano por creación? ¿Qué hubiera pasado y pasaría si hubiéramos obedecido el mandamiento de amar al enemigo, ser pacificadores, buscar la reconciliación y restauración con el mismo ahínco que se usa a Dios para justificar nuestras ideas, luchas y opciones políticas, militares, culturales, etc.?
Creo, lastimosamente, que muchos de nosotros hemos perdido nuestra razón de ser. La Biblia nos llama a los seguidores de Jesús una nación de sacerdotes. En latín, sacerdote, pontifex, significa constructor de puentes. Constructor de puentes entre Dios y los hombres, y entre los hombres, salvando las barreras culturales, políticas, sociales, económicas, raciales, religiosas, etc.
Todas las ideas son legítimas. Todos estamos convencidos de la justicia de nuestra forma de entender el mundo. Todos podemos apelar a versículos de la Escritura y ejemplos de la historia para respaldar nuestra visión parcial, siempre parcial y reduccionista del mundo. Usar el nombre de Dios para justificarlas, para indicar que está de nuestra parte, que justifica nuestra razón, sea la que sea, es erróneo. Dios no está a favor de nadie, está a favor de todos porque a todos ama incondicional y sacrificialmente. Atte. Félix Ortíz