“Las mujeres que se convierten al cristianismo experimentan una creciente amenaza de persecución”

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La organización Puertas Abiertas, dedicada a monitorear la situación de la libertad religiosa de los cristianos en el mundo, lleva tiempo alertando de la especial vulnerabilidad que afrontan las mujeres cuando se habla de persecución. Ahora, un nuevo informe de la entidad pone el énfasis en el impacto que están teniendo las nuevas tecnologías de la comunicación y los dispositivos digitales en su situación.

“Las mujeres que se convierten al cristianismo se enfrentan a una creciente amenaza de persecución: el control coercitivo y la vigilancia mediante dispositivos digitales”, dicen desde la ONG. Según señalan, objetos de uso cotidiano como teléfonos inteligentes y tabletas están siendo utilizados por familias y comunidades para rastrear y controlar la vida diaria de los cristianos y, especialmente, de las mujeres cristianas.

Desde Puertas Abiertas también aseguran que esta clase de acoso digital relacionado con género y religión no solo lo llevan a cabo familiares o personas cercanas a las víctimas, sino también agentes gubernamentales, y señalan especialmente a la región de Oriente Medio y del Norte de África.

“Una mirada en profundidad de la persecución digital este año ha sido muy reveladora, sobre todo cuando se comprueba que no sólo es perpetrada por los gobiernos, como podemos ver que ocurre en algunos países donde los agentes estatales utilizan la tecnología digital para vigilar y controlar la vida de los ciudadanos de grupos marginados”, explica Elizabeth Lane Miller, especialista en persecución de mujeres de Puertas Abiertas.

Miller comenta que observan “un aumento en el número de familiares que ejercen control sobre sus parientes, especialmente mujeres, mediante la localización y el seguimiento de sus movimientos, la confiscación de sus dispositivos digitales y la vigilancia de sus búsquedas en Internet”. “Para estas mujeres, las consecuencias suelen ser violentas”, remarca.

“A menudo damos por sentada nuestra privacidad. ¿Qué nos parecería si nos controlaran regularmente nuestras búsquedas en Internet o nuestras cuentas en las redes sociales, para luego aislarnos o castigarnos porque exploramos una fe diferente?”, pregunta Miller.

África, el peor lugar para ser mujer y cristiana
Según Puertas Abiertas, los países donde el género condiciona de una forma más evidente el estado de la libertad religiosa individual son Nigeria, Camerún y Somalia. En estos países, dicen, las mujeres cristianas serían uno de los colectivos más vulnerables.

Al mismo tiempo, el África subsahariana es también la región más mortífera para los hombres cristianos, concentrando más del 89% de los asesinatos de cristianos en 2022.

Mujeres y persecución
El género, subrayan desde la organización, es uno de los factores de presión que intervienen en el estado de persecución religiosa que puede experimentar una persona. “Las experiencias de los hombres y niños cristianos en los países de la Lista Mundial de Persecución están condicionadas por su sexo tanto como las de las mujeres y niñas, aunque suele ser de forma bastante focalizada, destruyendo las fortalezas que representan para sus familias”, dice la especialista global en persecución por razón de sexo de Puertas Abiertas, Helene Fisher.

“Por otra parte, si tenemos en cuenta la vulnerabilidad de las mujeres y las niñas en sociedades con sesgo masculino, combinada con las expectativas familiares y las restricciones legales, existe un entramado de fuerzas que sólo se complica si luego deciden abandonar una fe y convertirse a otra”, añade.

Tomado de Protestantedigital