¿QUÉ HACEMOS PUES? (SALMO 37)

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Confía en el Señor y haz el bien, habita esta tierra y sé fiel. (Salmo 37:3)

El salmo 37 sigue la misma tónica que el anterior. David habla con el Señor acerca de toda la injusticia y proliferación del mal que observa a su alrededor. Parece, como ya ha indicado en otros escritos suyos, que nada ni nadie puede detener la maldad. Esta realidad puede ser tan abrumadora que lleve a los seguidores de Jesús al desmayo y el desánimo. Estos días, en nuestro país, en medio de una pandemia con más de un millón de contagiados y decenas de miles de muertos, todo ello sin contar la crisis económica y social que ello conlleva, observamos el vergonzoso espectáculo de políticos de todo el espectro que va desde la izquierda a la derecha, utilizando el dolor y el sufrimiento en beneficio propio.

¿Qué debe hacer el seguidor de Jesús para no caer en el desánimo más absoluto. El salmista propone tres accesiones. Nos invita a actuar dentro de nuestros límites de control y no abandonarnos en la desesperación. Primero, confiar en Dios. La Palabra nos anima una y otra vez haciéndonos comprender que esto es temporal, que su Reino vendrá, que la justicia será establecida. Segundo, hacer el bien. Es una constante a lo largo de la Escritura, vence con el bien al mal. Tercero, sé fiel. Mantente íntegro en tus valores y convicciones, no te sometas ni te amoldes a esta realidad, vive contra ella y por encima de ella.

¿Cuán reales son tu vida estas tres estrategias de acción?

Tomado de Félix Ortiz