“Hemos visto a 37 personas entregar su vida a Jesús y hemos distribuido más de 4.000 Biblias”, dijo Campbell-Wynter.
James explicó que todo comenzó cuando su amigo Angus vio en las redes sociales una publicación de amigos en Australia que habían realizado una actividad similar. Ellos tenían un puesto en la calle repartiendo Biblias.
Cuando ambos llegaron al lugar, se sintieron un poco intimidados al ver a la gente. Caminaron durante diez minutos, orando y dudando si deberían montar el stand, pero finalmente decidieron que tenían que hacerlo. Tomaron sus Biblias y oraron antes de comenzar para que Dios hiciera Su voluntad.
“Señor, haz lo que quieras. Estamos aquí para una sola persona”, expresó cuando de pronto apareció una madre y sus hijos, quienes acababan de aceptar a Cristo como Salvador.
“Acabamos de convertirnos en cristianos. Nunca hemos ido a la iglesia, no tenemos Biblias, pero esta mañana oré pidiendo una señal, ¡y aquí estás!”, le dijo ella.
Campbell-Wynter dice que todos recibieron una Biblia, oraron juntos y la familia encontró a Dios. “Fue hermoso”, testificó.
En ese día se repartieron unas 80 Biblias y casi 80 personas recibieron oración, siendo éste un evangelismo muy fructífero, que dio paso a otros iguales en el mismo lugar y con más Biblias.
“Un hombre llamado Harry apareció en el stand. Acababa de llegar del Perú. Dijo que no debería estar en Hammersmith, pero allí estaba. Cuando Harry llegó, cayó de rodillas, comenzó a adorar a Dios y luego aceptó a Jesús. Escuchó el Evangelio, oramos por él y lo invitamos a la iglesia”, relató uno de los jóvenes.
Durante varias semanas, ambos jóvenes han estado haciendo estos evangelismos y sembrando Biblias a las personas, a quienes se les ve un cambio significativo y en el cual ya muy pocos se declaran ateos.
“Hemos visto a Dios sanar a la gente. Hay muchos testimonios de personas que abandonaron el movimiento New Age y encontraron la fe. Ya hemos visto a 37 personas entregar su vida a Jesús y hemos distribuido más de 4.000 Biblias”, expresaron.
Campbell-Wynter cree que en su generación la gente quiere compartir su fe. Él menciona que la mayoría de sus amigos invitan a otros a la iglesia.
A pesar de que las estadísticas muestran un declive general de la Iglesia, James piensa que cada uno debe trabajar en el terreno que Dios le ha dado y cultivarlo.
Según él, su amigo Angus dice que la evangelización es lo opuesto al pecado. Mientras que el pecado parece atractivo en un principio, pero luego te hace sentir mal, muchas veces no se tiene ganas de evangelizar porque se cree que será una experiencia desagradable. Sin embargo, cuando se lleva a cabo, te sientes revitalizado.
“Es agotador para el cuerpo, pero muy bueno para el alma. No puedes entender lo bien que se siente hasta que perseveras y simplemente dices: ‘¡Jesús, voy a hacer esto!’”, finalizó.